Aquellos maravillosos ochenta: el Seat Fura

Seat Fura

Hoy vemos el Seat Ibiza, el coche más vendido en España, luciendo palmito por nuestras calles y carreteras como el símbolo del éxito de un modelo. Pero muchos ignoran que allá por los años ochenta hubo otro vehículo mítico, el Seat Fura (también conocido como Seat 127 Fura), que también gozó de una fama parecida y al que podemos considerar como el padre del actual Ibiza.

El Fura se fabricó entre 1983 y 1986, justo antes de la escisión definitiva entre Seat y Fiat, siendo presentado con gran pompa en las carreteras de la isla de Lanzarote. Era una variante del exitoso Seat 127, de dos o cuatro puertas y con portón trasero, es decir, sin el maletero convencional. Hubo dos variantes, una con un motor de 47 CV y otra más potente de 75 CV, el Fura Crono, que tuvo una gran aceptación entre el público.

En concreto el Fura Crono, cuyas carrocerías fueron pintadas exclusivamente en colores rojo, plata, y negro (los dos últimos tonos metalizados) era estéticamente idéntico al Fiat 127 Sport de 1.300 cc, tres puertas y aspecto deportivo, aunque no en el apartado mecánico, ya que su motor era un 1.4 de gasolina, cambio de 5 velocidades. A pesar de su éxito, su vida fue breve y dejó de fabricarse en cuanto apareció el Seat Fura Dos.

Y es que con el plazo de la licencia de fabricación otorgado por Fiat expirado en 1985, apareció este modelo, el Fura Dos, con un diseño obligado a alejarse del original italiano:un nuevo frontal con ópticas de menores dimensiones, nuevas llantas y molduras laterales y, en definitiva, los elementos básicos que sentaban las bases del futuro Ibiza.

Cuando hoy nos topamos con un Fura, cosa cada vez más rara fuera de las concentraciones oficiales, vemos un vehículo ochentero y modesto, lleno de plástico en el interior, pero que puede presumir de ser el primer modelo cien por cien Seat de la era moderna.





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