Citroën DS, aquel tiburón de nuestras carreteras

Citroën DS

A mediados de la década de los 50 Citroën sacó del cajón un ambicioso proyecto que suponía un importante avance en el diseño y las prestaciones de sus modelos. Era  el Citroën DS, también conocido en España como Tiburón. Un invento exitoso que se estuvo produciendo durante 20 años y del que se vendieron alrededor de 1,5 millones de unidades.

Los avatares históricos de Francia marcaron el destino del DS. Las heridas de la Segunda Guerra Mundial  aun estaban abiertas: las carreteras galas estaban hechas un desastre y había racionamiento de combustible, así que había que diseñar un vehículo que consumiera poco dotado de buenas suspensiones. En este sentido se pusieron a trabajar los ingenieros de Citroën bajo el más estricto secreto.

El 5 de octubre de 1955, diez años después del final de la guerra, vio la luz al fin el nuevo Citroën, presentado con todos los honores en el Salón de París. Su nombre era al la vez un juego de palabras (DS se  lee deese, diosa en francés). El diseño de este coche causó un gran impacto y no tardó en popularizarse.

Pero no solo el exterior sedujo a los compradores franceses, también sus innovaciones mecánicas con soluciones técnicas avanzadas a su época como la dirección,  los frenos, el embrague y las suspensiones hidráulicos. Dos años después apareció una versión más sencilla, el ID, que carecía de estos avances pero que resultaba mucho más asequible en cuanto a precio.

El apodo Tiburón llegó en el año 1967, cuando se introdujeron los cuatro faros en la delantera, dos de ellos direccionables. Después vieron la luz nuevas versiones: descapotable, coupé, limusina… E incluso la famosa versión break con capacidad para 9 pasajeros. A esas alturas el DS se había convertido ya en un mito comparable al VW Beetle.

También el motor evolucionó y se hizo más potente a medida que el modelo se afianzaba en el mercado y cruzaba las fronteras francesas para conquistar el mundo. En poco tiempo se pasó del primer motor 1.9 con 83 CV de potencia al DS 23 de 2.3 litros capaz de conseguir los 141 CV.

En 1975 el DS dejó de producirse, pero no fue olvidado. Treinta años más tarde la prestigiosa revista Automobile Magazine lo colocó en el 5º puesto de la lista de los coches más cool de la historia.





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