Seat 124, adelantado a su época

Seat 124

El Seat 124, además de un modelo que vuelve locos a los amantes de los coches retro, marcó un punto de inflexión en la historia de Seat y de la automoción española: cambió las líneas redondas por las aristas, una marca de distinción que anunciaba por fin la aparición de un modelo que pretendía atraer a un público algo más ambicioso. Una berlina de medio tamaño y de ángulos vivos que, en su aparición en el mercado en el año 1968, se adelantaba a la estética de los vehículos de los 80.

¿Sería exagerado afirmar entonces que eñ Seat 124 fue un vehículo adelantado a su época? Depende. En la conecpción estética exterior, hasta entonces regida por los cánones americanos, decididamente sí. Hay que ser más cauteloso a la hora de afirmar lo mismo si hablamos de motores.

Derivado del original Fiat 124 italiano, en la versión principal montaba un motor de 1.2 de cuatro cilindros y una potencia de 60 CV que le permitía alcanzar una velocidad máxima de 140 km/h., lo cual no estaba nada mal para su época.

Con el tiempo, el 124 «bruto» fue afinando sus prestaciones y su línea. En 1971 apareció el Seat 124 Lujo con un acabado superior (que incluía molduras cromadas en los laterales y un receptor de radio Marconi incrustado en el salpicadero, con su correspondiente antena) y ya en 1975 se dio el salto adelante con el SEAT 124 D Versión 75 Especial 1430, un robusto vehículo con motor 1.4 y 75 CV de potencia. Era la antesala de algunas versiones nuevas que aumentaban el cubicaje, la potencia y la velocidad.

Parece mentira que, a pesar de no haber nunca montado un motor diesel, el 124 fuera tan querido por los taxistas de España. Desde luego sus virtudes eran otras, las mismas que le convirtieron en el primer coche «deportivo» de la marca. Fue el que abrió el camino de la participación de los Seat (seguiría su estela el 850) en las competiciones de motor, especialmente los rallyes. Pudimos ver algunas de estas joyas durante el pasado Salón Auto Retro de Barcelona.

Grande, potente y no demasiado caro, el 124 encandiló a los conductores de la incipiente clase media española. Se fabricaron cerca de 900.000 unidades entre 1968 y 1980, antes de ser sustituido por el Seat Ritmo, un desafortunado vehículo que nunca alcanzaría el éxito de su predecesor.





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