No hay crisis para Rolls Royce

Rolls Royce

¿Quién dijo que la crisis afectaría a todos por igual? En el mundo actual hay cada vez más pobres, pero también más ricos, y mientras siga habiendo ricos seguirá existiendo Rolls Royce, el fabricante de automóviles británico que desde hace ya muchas décadas es sinónimo de lujo y ostentación.

Para el resto de los mortales afirmaciones como la del consejero delegado de Rolls Royce, Torsten Mueller-Oetvoes, pueden resultar incluso insultantes. Según él, el hecho de que aumente cada día el número de super-millonarios en el planeta es una excelente noticia para su firma. Los números cantan: en 2010 se vendieron 2.711 coches, la cifra más alta de su historia, que seguramente será superada este año.

Pero no nos queda más remedio que darle la razón porque todos admiramos la elegancia y potencia de los RR, además de su fiabilidad y su longevidad. A todos nos gustaría poder conducir uno. La única pega es el precio, porque pocas personas se pueden permitir adquirir un vehículo cuyo precio oscila entre los 250.000 € y 550.000 €.

Conscientes de su poderío incuestionable, en Rolls Royce no solo se preparan para vivir una época dorada para su marca, sino que incluso se atreven a salirse de los cánones clásicos que siempre han caracterizado a sus modelos para emprender aventuras como la de la primavera de este año, cuando se presentó en sociedad la versión del Phantom 102 EX con motor eléctrico, considerado poco menos que un sacrilegio por muchos. Una idea pensada más para satisfacer la conciencia ecológica de sus compradores que para aliviar sus bolsillos del aumento del precio de los carburantes.

Así que quedan muy lejos hoy los difíciles años que llevaron a la quiebra a Rolls Royce en 1971. El futuro parece prometedor para la marca fundada por Charles S. Rolls y Henry Royce en 1906, la favorita de reyes, jeques y multimillonarios, el símbolo del poder y la distinción elevada a su rango máximo.





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